Merecida melancolía


Quebrantado está mi corazón,

Quebrantado al saber que no sigues aquí,

Quebrantado de no poderte dar mi canción,

Aquella de sincera amistad y sublime perdón.


Profanada está mi realidad,

Profanada al aceptar tu ausencia,

Profanada por los bellos recuerdos,

Sin esperanza quedo envuelto.


Déjame tenerte en mis brazos,

Déjame expresarte lo inexpresable,

Déjame volver atrás en el tiempo,

Así podré decirte todo lo que siento.


Mi alma atormentada no suspira más,

Mi alma abatida y herida persiste,

Mi alma que presa ante el augurio está,

Clama desesperante un consuelo,

Consuelo que con solo verte cesará.


Me abstengo a creer que te puedo olvidar,

Castigo irremediable obtengo por esta indolencia,

Tan solo desea mi pobre corazón verte,

Unos pocos minutos serían suficientes,

Para dar cura a mi triste corazón,

Que añora tus abrazos, tus palabras, tu voz.


Te extraño, desesperado te busco,

Desde el fondo de mi alma para ti, mártir del Ebelos.