Quiero tenerte junto a mis veredas,
Aquellas cuyos narcisos aclaman tu nombre,
Y que en el claro oscuro de la noche,
Lleves contigo las fuertes penas.
Cruel delirio es no estar contigo,
Dulce agonía esperarte,
Sigo pensando cómo encontrarte,
Y juntos dar muerte al olvido.
En vela están mis sueños,
El terror nocturno de la partida,
Pasa los días empedernida,
Ella que turbada arraiga afectos.
Perpetuos los raudos momentos,
Espejismos del pasado,
Revélame esto que extraño,
Que rasgados sean los inciertos.
Más allá de lo eterno,
Más acá en lo ambiguo,
Donde el enigma se desata,
Donde la realidad es patente.
Allí te encontraré, amada joya,
Solo espera que la niebla disipe,
Quedará todo sin ahínque,
Nuestros sueños no tendrán derrota.
La miel carmesí será nuestra confidente,
Confidente del amor eterno de un jovial corazón,
Torpezas de una dulzura demente,
Que los tamboriles desaforados ardan en pasión.
EL TIEMPO SIN DARME LA RAZÓN
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Cada tanto me preguntó qué tan buena persona soy. Por años, detrás de una
estructura, me veían con reservas porque cualquier anomalía les parecía una
co...
2 comentarios:
Uy, que profundo Esteban!!!!
Gracias amiga mia, solo queda sumergirnos en tanta profundidad! ;)
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Aquel cuyas palabras calla, no es nadie. Di tu Güevonada: